Recientemente se reporto en Bolivia la desaparición de un niño de 8 años de edad llamado Joel o Jhoel que asistió junto a sus padres a la fiesta patronal de un pueblo pintoresco, en un momento de descuido paterno el niño desapareció sin rastros hasta el día de hoy. Algunos testigos indicaron que vieron al niño siendo abordado por personas que se llevaron al infante con rumbo desconocido, los padres del niño extraviado denunciaron el hecho a la policía y mientras se realizaban las investigaciones surgió información preocupante; que Joel fue sacrificado en honor a una entidad del inframundo que regenta las explotaciones mineras y a la que los mineros le tienen temor reverencial. Aunque no falto gente que desmintió este extremo, no es un secreto que en tiempos pre-coloniales las civilizaciones americanas indígenas practicaban el sacrificio humano, por ejemplo los Nazcas, en lo que hoy en día es el Perú, sacrificaban personas decapitando los cuerpos y usando las cabezas en bailes rituales, prácticas similares sucedían en las culturas nativas del occidente boliviano.En la Biblia judeo cristiana en génesis capítulo 22, versículo 14 tenemos la historia de Abraham que por mandato divino iba a sacrificar a su hijo Isaac en la tierra de Moria, se aparece un ángel que señala a un carnero prendido por los cuernos en un matorral que sirve de sustituto a Isaac. Este relato, según historiadores de la religión, es una forma de narrar el cambio que se hizo en el judaísmo del sacrificio humano al sacrificio animal, aunque no es menos cierto que en el actual Israel se practica el sacrificio animal por parte del judaísmo mas tradicional. En Bolivia esta vigente el sacrificio de animales en particular del camèlido sudamericano: la llama, se procede a degollarla y a abrirle el pecho para extraerle el corazón y todo es parte de un elaborado ritual. Ésta práctica cultural no es bien vista por los colectivos animalistas pero la misma es defendida por los multiculturalistas de izquierda. El multiculturalismo en nombre del progresismo cultural niega la existencia de una cultura común y promueve identidades y agrupamientos raciales, étnicos, civilizacionales, etc. Es una doctrina procedente del " Tercermundismo" que estuvo de moda en los años 50 y 60 del siglo pasado y que tenia poco que ver con las realidades del Tercer Mundo y lo único que hizo fue crear falsas esperanzas del supuesto potencial político, económico y cultural de los no occidentales. Como ejemplo cito la vida de Waris Dirie una mujer de Somalía que nació en el seno de una familia de pastores en el desierto somalì. Aproximadamente a sus 5 años de edad fue infibulada ritualmente, es decir, le mutilaron el clìtoris, los labios menores y parte de sus labios mayores, la herida fue suturada y le dejaron un pequeño orificio por el que pudiera orinar y saliera el flujo menstrual. Por un golpe del destino Waris abandona Somalia huyendo de un matrimonio forzado por el cual pretendían que se casara con un hombre mucho mayor que ella. Llega a Londres donde se emplea como doméstica en casa de gente pudiente de Somalia, en el interìn conoce a un hombre que trabajaba como agente de una agencia de modelaje y es contratada como supermodelo, su suerte cambia dramáticamente de empleada doméstica a modelo profesional, pero continuaba suturada hasta que un ginecólogo curo sus heridas, este ritual de infibulaciòn se legitimaba en los países africanos de filiaciòn islàmica con un discurso culturalista: " es la tradición, son nuestras costumbres, hay que respetar,etc" Justamente lo que se convirtió en el discurso oficial de los multiculturalistas. No todo lo que brilla es oro y el multiculturalismo tiene su lado oscuro, de igual manera como el movimiento hippie de Estados Unidos no necesariamente todo era amor y paz, los hijos de las flores se inmiscuyeron en crímenes y drogas y basta con recordar a Charles Manson y su "familia". El autor Arthur M. Schlesinger Jr. denunciaba a los multiculturalistas como separatistas etnocèntricos que ven poco o nada positivo en la civilización occidental y la estigmatizan por sus crímenes, pecados y en resumen en la promoción de una leyenda negra antioccidental, y en su lugar creen poder inyectar ideas redentoras de las culturas no occidentales a la humanidad. Evidentemente están equivocados, los multiculturalistas de la izquierda primer mundista se inmiscuyen en el Tercer Mundo fomentando ideas que causan mas perjuicio que bien, a propósito Francis Fukuyama escribió: Regis Debray encontró satisfacción para sus anhelos thymòticos, totalmente ausentes de la próspera Francia de clase media, luchando en las selvas de Bolivia con el Chè Guevara. Probablemente sea saludable para las democracias liberales que exista el Tercer Mundo, pues absorbe las energías y ambiciones de gente asì; que eso sea también bueno para el Tercer Mundo es otra cuestión".
Volviendo a Bolivia y al niño desaparecido presuntamente sacrificado me recuerda ominosamente a "True Detective" la primera temporada en la que dos policías devenidos posteriormente en detectives privados descubren una enorme conspiración: niños y mujeres desaparecidos en realidad eran sacrificados a una divinidad antigua y oscura "el devorador de los tiempos" mas conocida como " Rey Amarillo" que vive en un lugar misterioso llamado Carcosa. Los sacrificios se llevaban a cabo con el conocimiento de todas las autoridades locales que encubrían los hechos merced a sobornos, privilegios y dádivas de los poderosos que eran acólitos del Rey Amarillo.
Como en Bolivia la doctrina multiculturalista se convierte en ideología oficial de la que esta prohibido disentir no es raro que viejas prácticas que se creían desterradas vuelvan con renovado entusiasmo y entre ellas se encuentre el sacrificio humano, que se legitimaria como "tradición o costumbre sagrada" tan sagrada como la hoja de coca, según el gobierno de Evo claro esta. Lo que si observo es que el multiculturalismo provocó la caìda de la democracia y de la República convirtiendo a Bolivia en un Estado fallido donde reina lo salvaje, caótico y sin reglas, siendo la única solución a este entuerto el retorno a un núcleo cultural cristiano occidental republicano.
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